C.O.N.F.I.D.E.N.C.I.A.L.M.E.N.T.E. Moriré, más que ayer, instantáneo, en blanco,
helado por el fuego, a pintar la luna;
durmiendo, navegaré su altura en llamas,
y atraparé al viento antes de bañarse. Estando ausente, sin saberlo, seré vestido;
pero el vacío completo me dejará quieto. Y nada extraño, será invisible al tacto
por la música, hecha de nubes, perdidas
entre la ceniza, que respiro vaga
por el piso de mis plantas secas
sin hablar del barníz quedo. Sólo, lleno con mi ausencia, igual al hueco
dejaré escrito con silencios
al techo colgando por el suelo
perdido entre las hojas miles
de árboles petrificados. Y cuando, húmeda la orilla, se vea,
a...
MUSEOGRAFÍA SIMBÓLICA
__Autor: JOEL FORTUNATO REYES PEREZ
Cuando el otoño murió ella cumplía cincuenta
veranos junto al fruto en el proceso inverso
de las raíces a las hojas las primaveras
colgaban verde a verde en la huerta qué
asomaba nuevas ventas por el vidrio opaco
afuera del mercado llenando con frescura
el apetito sobre una mesa qué crecía
en la jarra de fervor vegetal...
A veces viene a verme, con la rapidez
de un pequeño jugo esperando ver pasar
el gato bajo el sillón agobiado por cobijas
y almohadas en invierno, es decir, sin
pasar los linderos de los huesos temblando
como hielos danzando encima de los
zapatos cultivando calcetines uno sobre
otro más agujeros naciendo trás lavados
años de jabón en la película delgadísima
del suavizante olor a burbujas cítricas ...
Desde el Anonimato...
__Autor: JOEL FORTUNATO REYES PEREZ
Por el resquicio rugoso de mi rincón
preferido, no sé cuánto tiempo un fantasmal
recuerdo me observa silencioso a través
de seca neblina... Quieto, expectante, se
siente desconcertante brillando... Sólo
le interesan los rayos verdosos del tapete
y nada de las violetas cortinas.
Arriba el techo cambia el opaco mañana
apiñando ayeres dispersos; un olor a
luna desciende, y al salir la tarde, él
se inquieta frente al piso y no huye
cuando el rojo ruge agudo y permanece
a pesar de ello.
El tiempo extrañamente se detiene al
doblar la esquina una aurora gentilmente
extendiéndose en la hojarasca parda.
Observando se reclina suavemente y en
sus contornos vibran minúsculos resplandores
del cuello a sus rodillas solo, pues ...
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