Inundados ya en el lodo
prácticamente en un charco
los habitantes de Chalco
llevan diez días codo a codo
pobres sin hallar el modo
de salir de tal aprieto,
ya ni el mismo Peña Nieto
los abandonó en tal ruina
como López y Delfina
con su olvido más completo.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, a 12 de agosto del 2024
Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
Todos sabemos, al punto,
que morir es en esencia
de vida tener ausencia,
en nuestro amor el asunto
radica en que estoy difunto,
finado, occiso e inerte,
pues, tan solo por perderte
si me faltas no respiro
mi alma no es ni un suspiro,
fenecer es no tenerte.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, a 13 de agosto del 2023
Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
Danza, locura,
Y arrástrame
A tu abrazo de amante;
Besa mis sienes
Para que se abandonen
Los pensamientos coherentes
Que inundan de tristeza
Mi ser agonizante.
Átame a tu rueda
De abandono,
De renuncia,
A lo que el pasado
Construyó,
Que los meses,
Los años aciagos,
En un esqueleto deshecho
Convirtió.
Envuélveme
En tus suspiros de caos;
Demuéstrame tu lujuria,
Tu pasión.
Sácame de dentro
Lo aprendido
Que ha llenado mis momentos
De amarga desilusión.
No encontré mi lugar
En los estantes racionales;
No encontré calidez,
Reposo,
En las verdades demostrables.
Únicamente, huí hacia delante
Buscando una guarida
Donde no pudiera respirar
La asfixia
Que el veneno del desamor
Inyectó.
Mírame,
Con tus ojos cambiantes,
Con tus gritos chirriantes,
Que ya no me p...
Yo he soñado en mis tristes noches
en mis noches tristes de penas y de làgrimas,
con un beso de amor imposible
del imposible amor que a mi vida rompe,
y la deja sedienta y con fuego,
y la deja con fiebre y sin ansias.
Yo, no quiero el placer que debilita
yo quiero el placer jadeante que me abrasa,
y que me acusa del hastìo infinito
de los labios que me besan y me manchan.
Oh! mi amor imposible
que en mis noches tristes de penas y de làgrimas
me besas y me dejas una mancha en los labios
y me besas sin fuego, sin fiebre y sin ansias.
Y los besos del amor imposible, Sòlo en mi mente viven.
Tu nombre, me sabe a llanto,
al llanto de unas lagrimas
muy tristes,
y me sabe a sonrisa mustia,
a un amargo dolor,
a queja y a lamento.
Tambièn, me sabe tu nombre
a una dulce mùsica y a canto
de una tierna y hermosa melodìa,
que en el fondo de mi pecho
aun se esconde.
Sabe tu nombre tambièn,
a tristeza, a nostalgia y a abandono,
pues te fuiste de mi vida
sin darme una explicaciòn,
y me dejaste muy sola.
Pero si algùn dìa tu regresas
y quieres estar conmigo,
yo te acepto con cariño
para al fin, poder vivir
en plenitud nuestro amor,
pues tu sabes que te adoro
y si Dios nos perdonò
yo a tì tambièn te perdono.
Sentado en la cumbre del abismo,
observo mi espíritu diezmado,
luchando por emerger del olvido.
Intenta surgir,
como un manantial endeble,
como un arroyo gastado,
que ya no puede ni desea
contener el agua turbia de tu fuente.
He perdido el interés.
Es que mi caudal brioso, indomable,
gastó demasiado tiempo regando
semillas equivocadas,
y hoy, vacío, casi seco,
se pregunta quien cosechó tanta siembra...
Quien, ajeno al dolor de mi agua,
se quedó con mi cosecha.
Y así, entre dudas y temores, me asomo,
con la tranquilidad de quien no es visto,
con la paz del ignorado.
Pero mientras fluyo lento
mi grito sordo no se calla
y sigue en sus raudales
transportando sentimientos,
sentimientos transparentes,
tan cristalinos que...
Se podría decir que su vida fue una aventura.
En los últimos quince años se había mudado trece veces, un continuo ir y venir que incluyó vivir en cuatro ciudades distintas, sin contar los cientos de noches de hoteles y las muchísimas ciudades dentro y fuera del país que conocieron de sus pasos.
En cuanto al trabajo, desempeñó sus actividades, en el mismo período, en seis diferentes ocupaciones.
Tuvo siete autos distintos y cambió tres veces de esposa, y esto sin contar un centenar de mujeres más que, esporádicamente, conocieron de su piel.
Se había caído mil veces y se había vuelto a levantar, n su eterna costumbre de ir del cielo al infierno, sin escalas.
De pronto, despert...
Tu vacío puebla mi soledad,
impregnando todo con tu aroma.
Las telarañas de tu ausencia me envuelven ,
asfixiando estas ganas tan huérfanas de vos.
La monotonía, el tedio y el cansancio
disputan una cruenta batalla,
en la que los sueños vencidos
yacen esparcidos, moribundos,
agonizando sin tu calor...
Mientras, sentado aquí,
en la polvorienta inmensidad de la nada,
miro de reojo esta ficticia realidad
que parece jactarse de existir,
aún sin mi colaboración ni ayuda...
Juan Leandro Alzugaray
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